Cuando oímos que los matrimonios de antaño duraban más de 50 años, nos resulta difícil de creer; sin embargo, esto tiene bases científicas, revela el doctor Rodrigo Pedroza, responsable interino del Laboratorio de Neurociencia de la Universidad Iberoamericana.

En las primeras fases del amor, el cerebro activa los mismos circuitos que cuando se ingiere cocaína, se dice que libera vasopresina y oxitocina, neurotransmisores responsables del amor fiel y duradero, refiere.

Pedroza añade que el enamoramiento involucra la producción de un cóctel de sustancias en la región del hipotálamo en el cerebro. Además señala que pueden distinguirse dos fases en el enamoramiento: en la primera, hay una gran liberación de dopamina, neurotransmisor responsable de la sensación de euforia y que se manifiesta a nivel biológico cuando experimentamos sensaciones placenteras.

 También se libera cortisol, debido al estrés y ansiedad que experimenta el enamorado. La sensación de tener mariposas en el estómago, se debe a que se genera una cascada de neurotransmisores en distintas áreas del cerebro, lo que constituye otro aspecto en esta etapa del amor, de ahí que muchas personas consideran que este periodo es de lo más placentero.

De igual manera, aumentan los niveles de testosterona en las mujeres, efecto que las desinhibe, y en los hombres disminuyen, lo cual les permite enfocarse en una sola pareja.

El psicólogo indica que el enamoramiento a nivel cerebral se comporta como una droga. “Por ejemplo, cuando una persona se mete cocaína, se activan los mismos circuitos que cuando está enamorada. Claro, de formas diferentes, entendiendo que la droga es un estímulo aberrante , aunque los mecanismos son los mismos”.